En resumen

Mi  enhorabuena más sincera. A vosotros, alumnos queridos por haber demostrado de qué pasta estáis hechos. Sois verdad y eso ha salido a la luz fuera de las aulas de la obligatoriedad. Sois y habéis demostrado ser, responsables, compañeros, solidarios, educados, corteses, cordiales, divertidos. Habéis cedido el puesto sin necesidad de insistir a los años que viajaban con vosotros y la fianza que se ha de pagar por vosotros precisa del añadido de con. Con de confianza en vuestras posibilidades porque sois más de lo que las etiquetas diarias se empeñan cuando quieren  colgarse en las solapas de gente de vuestra edad. Llegaréis tan lejos

como vuestra voluntad quiera y el camino será limpio porque sabréis esquivar los obstáculos que se os presenten. Algo vuestro se siembra como modelo a seguir y el fruto lleva vuestro nombre en mayúsculas. Podéis mirad bien alto a la cara de cualquiera porque lleváis el sello de unos principios demasiado ninguneados en nuestros días. Cada uno emprenderá una ruta, pero todos tendréis claro los límites de ese camino que no traspasaréis por más tentaciones que os ofrezcan. Habéis hablado por vosotros, pero sobre todo habéis hablado por vuestros padres. En cada cual se han adivinado los principios que se maman en la cuna y se pulen en la vida. Por eso, permitidme que mi felicitación vaya hacia ellos. Por más que resulte pesada la labor, el ser padre, el ser madre, es un reto al que sólo los atrevidos se ofrecen a superar. Y vosotros, padres y madres, lo habéis superado con creces. Tenéis  unos hijos que serían increíbles de no saber de vosotros. Cuidadlos mucho porque merecen la pena y recordad las etapas que pasamos nosotros a su edad para ser lo suficientemente comprensivos con sus errores y lo suficientemente firmes con las emociones que nos provoquen. Este compendio del viaje empezó con un estribillo musical que aventuraba lo maravilloso que sería el viajar  a Mallorca. Lo que no dijo es que lo maravilloso empieza ahora que zarpan de un puerto llamado ilusión hacia nuevas rutas y que nos llevarán en su equipaje. Embarquemos de nuevo, porque con vosotros, al fin del mundo.  

Jesús de Frías